viernes, 19 de mayo de 2017

De lo ultimito pues...

En este punto ya se ha entrado a un territorio nuevo. Desde Nariño  voces, acentos, palabras y costumbres que nos hacen sentir extraños. La cultura andina en estos lugares aun preserva imágenes de su riqueza y vastedad. Cuyes y sones del charango. La rr que no quiere vibrar y el frio acompañarán esta etapa de la travesía hasta muchos kilómetros más al sur. Pasto abrió las puertas a un nuevo ritmo de vida, más lento, más pausado, tranquilo. Los productos tienen otro nombre y causan risa nuestras incursiones a los negocios. La frontera es sólo un trámite. Los límites no están determinados por un mapa, pues varias naciones componen esta cultura a la que nos empezamos a adentrar.





 Las montañas ahora permanente compañía.




























  Vía a Tuquerres.


















 Averías  que siempre aparecen.













 Para estos daños no siempre se llevan repuestos.


Caminata a la laguna verde del Volcán Azufral.













Una familia. En el encuentro con otros viajeros se respira fraternidad. Como si nos conociéramos, como si al compartir esta pasión ingresáramos a esta gran tribu dispersa por el globo.



La hospitalidad se encuentra por el camino siempre dejándonos enseñanzas. Julio Andrade-Ecu.


Descanso del intenso calor en el valle del Chota- Ecu. Luego de probar helados de “ovo” (ciruela amarilla ovalada) y tuna (fruto del cactus).



Ecuador no es económico para turistas colombianos. Aquí no hay ñapa, vendaje, encime, descuento ni rebaja. Ahora un pan ya no vale 300 pesos sino 15 centavos.

Palabras distintas para decir lo mismo, palabras ancestrales que siguen sonando. Una cebolla cabezona es paiteña, la sopa es locro y el maíz es mote, choclo. Palta es el aguacate. Se pregunta dos veces para poder entenderse.  Achachay, para el frio; atatay para denotar asco.  Guaguas y guambras juegan en el camino. Los hombres “mameros”  son los varones adultos incapaces que viven bajo la falda de la mamá. ! chuta!